El gran reto del sector está estrechamente relacionado con los últimos datos publicados por la ONU, que estima que para 2050 la población mundial aumentará entre 2.000 y 3.000 millones de personas (de 7.000 a 10.000 millones) y, según la FAO, este factor demográfico, unido al aumento del poder económico de los países subdesarrollados, duplicará la demanda de alimentos, lo que exigirá duplicar la productividad agrícola, ya que la tierra cultivable disponible es escasa. Esta necesidad de producir más con menos recursos conducirá inevitablemente a la intensificación de los sistemas de producción agrícola, lo que puede acarrear mayores riesgos de plagas y enfermedades, disminución de la fertilidad del suelo y problemas medioambientales como la contaminación, la salinización y la erosión del suelo. Estos problemas sólo pueden mitigarse mediante el uso de tecnologías innovadoras centradas en procesos con altos niveles de rendimiento, en una perspectiva de agricultura de precisión, lo que repercutirá positivamente en la eficiencia del uso de los recursos.
Por lo tanto, el futuro requerirá una agricultura más precisa, que imponga máquinas basadas en una tecnología de automatización de procesos precisa, capaces de aplicar productos en la cantidad, el lugar y el momento adecuados, y que al mismo tiempo puedan evaluar e informar sobre el estado del cultivo y del suelo según los principios de la agricultura 4.0.
Los factores que influyen en la adopción de la agricultura de precisión pueden ser:
- Empresarios agrícolas: formación, edad, capacidad de inversión, conocimientos informáticos, recursos humanos, aversión al riesgo, tamaño, perspicacia;
- Tecnología: perceptibilidad de las ganancias, facilidad de manejo, coste de la inversión inicial, dificultades para interpretar los datos obtenidos.
- Otros: existencia de proveedores de servicios, apoyo competente y eficaz de fabricantes/proveedores, fortaleza del "sistema de innovación"/comunicación.
Por ello, creemos que deberían adoptarse una serie de medidas para desmitificar y fomentar el uso de estas tecnologías, como:
- Cambiar el paradigma de los agricultores y ayudar a implantar una cultura más profesionalizada que tenga en cuenta el rendimiento de la inversión. Así que, en toda tecnología, la premisa es la misma: en qué medida repercutirá en sus costes y si tendrá un retorno. Tiene que prestar un servicio relevante, que suponga un retorno de la inversión y que sea tangible. Para ello hay que invertir en estudios cuantitativos de la situación actual y futura y en viajes de demostración.
- También es primordial formar a los usuarios/agricultores, transmitirles conocimientos y capacitarlos para esta nueva era de la agricultura. Pero esto tiene que estar dirigido por el Ministerio de Agricultura de forma estructurada, adoptando políticas de incentivos y creando redes y ecosistemas para compartir conocimientos y competencias entre todas las partes interesadas.
- Fundar una asociación de fabricantes de maquinaria agrícola nacional, que realmente defienda los intereses, necesidades y dificultades reales del sector ante el poder político. Tenemos el ejemplo de Ansemat en España, que es un referente en la representación de las propensiones de los fabricantes con un fuerte poder movilizador ante las entidades políticas y con un gran componente informativo y formativo para el sector agrario español.
- Creación de líneas simples de financiación directa a los agricultores para la adquisición de equipos de agricultura de precisión, porque si las empresas y los institutos tecnológicos están invirtiendo en tecnología debe haber adhesión nacional. Nos cuesta mucho desarrollar nuevos productos (agricultura 4.0) que no son vendibles en Portugal porque todavía estamos generalmente en la era de la mecanización, tenemos que superar barreras. Tenemos que empezar por renovar nuestras máquinas.
- Centrarse en la cuestión de la seguridad (sustituir las tareas potencialmente peligrosas por la robótica). Portugal es el tercer país de la Unión Europea con más accidentes con maquinaria agrícola. Más de 350 víctimas mortales en cinco años es el total derivado de accidentes con tractores en Portugal. Los datos se refieren al intervalo entre 2013 y 2017.
En Herculano, sobre la revolución digital, fue un camino que iniciamos hace 3 años y como punto de partida comenzamos con un análisis de nuestra estrategia y mercado (actual y futuro). Pronto nos dimos cuenta de que nos faltaba una pieza para completar nuestro puzzle en este viaje y fue entonces cuando apareció INESCTEC, en una primera fase con un proyecto aislado de DPA, una solución de débito proporcional para avanzar a las Cisternas y Spreaders, fue una fase de "flirteo" para conocernos y luego decidimos avanzar hacia el matrimonio con la celebración de un protocolo de colaboración entre Herculano y el instituto firmado en Agroglobal 2018 con la presencia del Ministro de Agricultura.
Dicho esto, decidimos seguir adelante con un nuevo proyecto "Fertilizantes Inteligentes", que consiste en la Investigación y Desarrollo de un tanque y un esparcidor inteligente, a un coste competitivo, eficiente y versátil para su uso en la agricultura 4.0 y con una clara contribución a aumentar la eficiencia de la operación de fertilización en los componentes medioambiental, agronómico y económico.
La fertilización y corrección orgánica de los suelos en la actualidad, mediante esparcidores de estiércol y cisternas de purines, son operaciones agronómicas realizadas con muy baja eficiencia en términos medioambientales y económicos. Incluso existen normativas europeas, tendentes a ser más estrictas, que exigen un mayor control en los procesos de fertilización para reducir la cantidad de nitrógeno aplicado.
Esta época de escasez de materias primas repercute fuertemente en los abonos artificiales, que son más caros que nunca. Debido a los altos costes, causados principalmente por el aumento de los costes energéticos, los fabricantes de fertilizantes están limitando su producción. Esto amenaza la disponibilidad de fertilizantes químicos para la próxima temporada. Es muy necesario disponer de una alternativa sostenible, el abono orgánico, para garantizar un crescimiento óptimo.